Todo partía como un cuento de hadas, el 2011 prometía ser ese comienzo de la historia más repetida, del cuento más fantasioso y agónico de todos, el fin del capitalismo. El mundo comenzaba bajo la primavera árabe, el desconcierto griego, la crisis, el temor europeo, los indignados, en fin, el mundo tomaba cara de manifestante, así lo retrataba la revista TIME, al posicionar al protestante como hombre/mujer del año, y Chile no era ajeno, el adormecimiento del 2010 producto del terremoto, y posterior show de la tragedia minera, tragedia por culpa de la inoperancia gubernamental, convertida en triunfo para esta, se había acabado. Sabíamos que era año donde el gobierno lanzaría con todo su plan de reforma educacional, la que lentamente venía poniendo en marcha desde 2010 y que tomo relevancia recién al finalizar ese año con la reducción de horas en ciencias sociales; se venía un año movido, pero fue como cuento, un reventón, la rabia in expresa, el murmullo que se escuchaba en el aire, un llanto susurrado, ya no lo fueron más, se transformaron en grito, es que el optimismo ya no daba para más. Era como el iniciar de algo nuevo, había algo más que decir. Y así, el año partía con rapanuis indignados, con subcontratistas en paro, con magallánicos doblando la mano, con el medio ambiente como tema en la mesa del almuerzo, esto último sentó el primer gran precedente del año hidroaysen y termoeléctricas al por mayor en el horizonte criollo, un reventón que sorprendió, desde Visviri hasta Puerto Williams en 20 años nunca se habían visto 25 mil personasen la calle, de todas las edades, colores políticos, tendencias y demases adjetivos absurdos, marchaban por el descontento y desaprobación a una acción avalada por el estado; era sólo el preludio, no más el primer grito.
Pero el inicio del cuento era anterior, comenzaba con la revolución pingüina esa insubordinación juvenil, rebelde y caótica en su seno, una flecha sin punta, fácil de engañar, un hermoso recuerdo donde el ímpetu escolar adolescente se tomaba las calles, para denunciar que ya no se podía aguantar más, tampoco nadie se lo esperaba, claro tampoco nace de la vilipendiada espontaneidad, pero si de una organización entre los colegios que deja atrás las diferencias entre capital y regiones, en pos de algo trasversal.
Era una sociedad llena de optimismo, el cobre por las nubes, supuesto crecimiento económico, con los bonos al pobre le alcanzaba para comer y una simpática señora sonriendo a la cabeza del país, que más optimismo para los jaguares de Latinoamérica, todo bien para que cuestionarse, nada mas peligroso que el optimismo rebosante del desconocimiento, desconocimiento de la realidad educacional que no resistía mas. Finalmente todo termina en un gran abrazo trasversal de todos los sectores políticos en la moneda, cara sonriente y puñal en mano, nuevamente se perdía, en cuatro paredes nos meterían gato por liebre. Pero lo que se gana hasta para el más negativo de todos es una pequeña luz transformadora dentro de estos pingüinos, el empoderamiento ganado, lo discutido, lo peleado, ya no se podía perder, era cosa de tiempo, el empezar de esta historia ya estaba en marcha.
Si bien durante el 2008 y 2009 ocurrieron atisbos de movilizaciones, estas fueron menores y focalizadas, mientras 2010 es marcado por un suceso natural inesperado, al contrario 2011 era el año en que el gobierno mostraría los dientes de su despiadada mercantilización a toda costa y donde esos otrora pingüinos que ya habían crecido mostrarían lo aprendido.
Por mayo la convulsión no daba para más y las tomas, paros y marchas mas masivas comienzan a tomar fuerza, el día 12 de ese mes marca una fecha especial para quienes estábamos presente en la UdeC, ese día que en el boca a boca sería conocido como la batalla de Concepción, comprendimos que era realmente la violencia ejercida físicamente, y nos hacía plantear hasta que punto estábamos dispuestos a sacrificar de nuestra integridad, ya que la muralla llamada gobierno estaba dispuesto a usar todas las armas del estado para protegerse. Compañeros heridos gravemente y golpizas al por mayor, por suerte, milagro diría yo, nadie murió, pero lejos de atenuar la participación futura en este tipo de actos, marca un empezar de aquí en más la participación en el enfrentamiento directo con la policía que iría en aumento, en cantidad de gente y en la organización de esta. Esto quedaba consolidado para otro de los grandes hitos, el paro del 24 y 25 de agosto, día en que en Concepción, entre tallas se dijo la republica independiente de Chacabuco, calle contigua a la universidad y que entre San Martín y Ongolmo estaba llena de gente y barricadas, donde la policía es obligada a retirarse; la masividad de esa protesta en cuanto a la gente que al final se quedo a confrontar a la policía no tenía precedente en los últimos años, y la organización tampoco, habían grupos que estaban en la primera línea, otros armaban la barricada, otros ayudaban a los afectados por el choque y así habían otros más, era una organización que venía de antes pero que confluía espontáneamente en la práctica, en la solidaridad de la batalla. Pero que hace que esto se produzca, en si creo que bien poco puede decirse que se haya producido una conciencia de clase durante este tiempo, que produjese el aumento sustantivo en participación y organización, por otro lado creo más bien que se produce por el enojo, la indignación, la rabia por conciencia del pesimismo, aquel que desplaza al optimismo generalizado cultivado por el imaginario de progreso y desarrollo que se vende en nuestro país, ese pesimismo que nos hace criticar lo establecido, lo habitual. En un primer momento la indignación nos llama a la calle con ingenio y creatividad poníamos en el tapete aquello que nos subyuga como estudiantes, que luego se convierte en enojo ante los oídos sordos de los gobernantes y la represión de sus mandados lo que lentamente valida el uso de la violencia entre quienes no la veían como alternativa, que se convierte en rabia el día 4 de agosto, día en que las principales urbes amanecen sitiadas. Si es cierto que la violencia, su práctica no se vuelve generalizada ni aceptada por todos, está crece como gotera de invierno. Lo vemos también en el plano de las exigencias, partimos indignados por la educación, luego enojados por nuestros recursos naturales, y terminamos enrabiados con el sistema, es que es el proceso crítico, el empoderamiento en acción, te cuestionas algo que antes era incuestionable y terminas destruyendo el optimismo que compraste por tanto.
Hoy quizás, la premisa es dejar la indignación, el enojo y la rabia como sentimiento primario de lucha, y si a comprometerse a romper el cerco a como de lugar, a entender que lo que exigimos no es posible en este sistema, en esta constitución, habrá que apelar a la insubordinación generalizada, no es cosa de un día para otro, menos en un país tan largo, donde los apremios de la vida son distintos en cada extremo, pero el reventón ya esta, el pesimismo se asentó, y tal como ocurrió con la revolución pingüina, las nuevas generaciones vienen más preparadas, en crítica y en lo que están dispuestos a sacrificar. Al final es cuestionarse nuestro paradigma de vida, hay más de una forma de vivirla.
En cuanto a los líderes mesiánicos que nos trajo las movilizaciones, héroes que despertaron al pueblo, que los medios resaltan más que el fin última de la movilización, sólo decir, maldito el país que necesita héroes, recordar que si las revoluciones y levantamientos se producen, es por que el callejón ya no tiene salida, y tal como cualquier callejón esta lleno de gatos, pero la diferencia es que no conozco callejón de gatos que necesite de tigres o leones para saltar la muralla.
En fin el cuento empezó y será contado por mucho tiempo, ya ganamos algo impensado, en cada mesa, aula, oficina y hasta paradero, se discutió, se discute y se discutirá, gracias a nosotros, la rueda del pesimismo empezó a rodar, y lejos de adormilarnos nos levanta, y tal como cuento de hadas promete un final feliz.
En la interna de la carrera, no vivimos gratos momentos al comienzo de año, los ánimos estaban agitados entre algunos, pregonaban por encender la causa movilizatoria rápidamente, y una primera toma fue fruto de esto un arranque iracundo de un grupo que no llego a buen puerto, y tal como surgió, se esfumo, no había respaldo, además si en algo contribuyo, fue al quiebre ente nosotros mismos como grupo sociología udec, el cahuin pasaba a fundamentar el odio, una estupidez no, pero así fue no mas, todo esto nos llevo a sucesivas tomas y retomas de la toma, asambleas improductivas y con sólo el motivo del ataque personal, la toma no era funcional, si ya sé, el rechazo que produce la palabra aquella, pero eso es lo que se requiere, una cosa pragmática funcional a lo que necesite el movimiento, esta no lo fue, pasaron cosas que jamás debieron suceder, fueron ataques a nosotros mismos; pero la crítica mayor es que la toma no fue el espacio de conjunción y de trabajo de los estudiantes, como si lo fue para mi persona el colectivo. Como carrera no fuimos mucho, y eso nos pasó la cuenta, tampoco pido que todos los estudiantes estuvieran ahí, pero no que aparecieran sólo cuando había que revocar o atacar a alguien, como lo hacían algunos; en fin, no digo que de la toma en todo este tiempo, no nacieran buenas actividades e iniciativas, todo lo contrario, pero claramente no fue el espacio que se requería, y fue por culpa nuestra, al final nos terminamos pisando la cola.
Pero lo que a mí parecer fue más asqueroso el año pasado, es sin duda la lucha patética de egos revolucionarios al final del año, y en menor medida durante él mismo, por los espacios “de poder” dentro de la U, diferencias personales impidieron, entre quienes tenían diferencias de formas pero que apuntan a objetivos símiles, una convergencia mayor, no se les pedía que fueran en una sola lista, pero si que fueran limpios, y que al menos fueran consecuentes en el discurso que tuvieron todo el año, incurrieron en practicas absurdas, si son solo pequeñas agrupaciones universitarias que real ingerencia en la realidad social mas allá de sus carretes y discusiones internas no tienen, si está bien creo en la organización pero la que apela más al trabajo que a la que lucha por espacios de poder, si bien no lo invalido del todo, pienso que para nada debe ser un fin, he ahí un gran valor del colectivo.
Finalmente, y referente a lo que fue el colectivo, debo partir por una retrospección propia, una crítica a mi propia participación en este espacio, que en un inicio fue pobre en participación y proposición, espero cambiar esto en un futuro. Por lo demás considero que el colectivo es un gran espacio, en lo personal es donde comparto con gente que me es afín en pensamiento y con quienes considero mas cercanos en la carrera y en la cotidianeidad universitaria, en él se han dado buenas discusiones y lazos, ya ya me caen bien y eso xD estoy un poco ebrio no me extenderé en esto… por lo demás a seguir construyendo lazos en la facultad y con las demás carreras como colectivo, y que todos los objetivo se vayan dando ah y aguante el GAP que maquinea al colectivo, a él desaparecido contru, ah y a nuestro plan de conquista mundial, junto a los wookies, Elvis Presley y Barney
Bueno eso ps, no tengo más que decir y weas xD
Atte. Octavio joven mocetón
PD. Sorry por la extraña redacción xd
PD2. Pico pal que lee ;D
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